Rechazados por padre y patria
Publicado en Der Tagesspiegel entre otros, 5.7.2014
Después de que tres generaciones de soldados estadounidenses estuvieran estacionados en la base militar de Clark, en Filipinas, la ciudad vecina de Olongapo surgió como el paraíso de los pecados carnales. Muchas de las trabajadoras sexuales de Olongapo quedaron embarazadas tras las visitas de los americanos, y dieron a luz a niños cuyo color de piel ya revela que sus madres eran prostitutas. Mi colega Javier Sauras y yo fuimos a Clark y a Olongapo para conocer a los «Amerasians», una clase estigmatizada. Ahora que el ejército estadounidense planea volver después de dos décadas de ausencia, la historia de explotación y rechazo social está a punto de repetirse.
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© Javier Sauras
Después de que tres generaciones de soldados estadounidenses estuvieran estacionados en la base militar de Clark, en Filipinas, la ciudad vecina de Olongapo surgió como el paraíso de los pecados carnales. Muchas de las trabajadoras sexuales de Olongapo quedaron embarazadas tras las visitas de los americanos, y dieron a luz a niños cuyo color de piel ya revela que sus madres eran prostitutas. Mi colega Javier Sauras y yo fuimos a Clark y a Olongapo para conocer a los «Amerasians», una clase estigmatizada. Ahora que el ejército estadounidense planea volver después de dos décadas de ausencia, la historia de explotación y rechazo social está a punto de repetirse.
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